Nada es para siempre

Hay una frase que recuerdo a menudo, no solo porque la decía mi padre, sino sobre todo por su significado: “hagas lo que hagas, hazlo bien”. Querer no siempre es poder, pero hay que intentar que el trabajo esté bien hecho. Tampoco es fácil que cualquier tarea nos motive, en estas ocasiones suelo pensar en esa máxima.

Tener la oportunidad de hacer alguna cosa supone un reto y me parece un premio, en cualquier ámbito. La actividad sindical supone un esfuerzo no siempre valorado, pero dentro del sindicato todos podemos cumplir con un papel, más o menos complejo, que al final resulta decisivo para conseguir nuestro objetivo: unas condiciones laborales más justas y mejores para todos.

Independientemente de cual sea la función, desde redactar un artículo para mantener informados a los compañeros, pasando por el asesoramiento o la representación en un órgano como la Mesa General de Negociación, todo suma y nada es trivial. Si este trabajo lo hacemos con objetividad, con interés y con solidaridad, resulta trascendente.

El tiempo corre, nada es para siempre…